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Crisis hídrica en Perú: investigar los servicios ecosistémicos hídricos puede mejorar gestión del agua en cuencas andinas

  • Iniciativa Regional de Monitoreo Hidrológico de Ecosistemas Andinos (iMHEA) reunió a 30 investigadores en hidrología de ecosistemas andinos para mejorar la toma de decisiones en la prevención de riesgos y desastres.

  • Estudio del SENAMHI sobre en Cusco y Apurímac revela el mayor impacto del cambio climático en dos microcuencas andinas.

  • Anuncian, además, que este 2024 existe una cartera de más de US$ 300 millones en proyectos de infraestructura natural cruciales para la gestión de recursos hídricos, y enfrentar los efectos del Cambio Climático.

Perú se enfrenta a una crisis hídrica sin precedentes. El incremento de la población, la temperatura cada vez más extrema y el impacto del cambio climático, presentan un gran reto para la comunidad científica de nuestro país para la gestión de los  recursos hídricos, así como afrontar la escasez de agua, prevenir los riesgos de desastres.

Para abordar esta preocupante realidad, se llevó a cabo el evento “Evidencia científica en Apoyo a la Toma de Decisiones para la gestión de Recursos Hídricos en los Andes”, organizado por la Iniciativa Regional de Monitoreo Hidrológico de Ecosistemas Andinos (iMHEA) con el apoyo del proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica (NIWS por sus siglas en inglés)de USAID y el gobierno de Canadá, que reunió a 30 destacados investigadores dedicados al estudio de la hidrología de ecosistemas andinos para mejorar la toma de decisiones en la gestión del agua.

Durante la jornada, que se realizó en el marco de la Semana del Agua, Waldo Lavado, doctor en hidrología e investigador del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI), destacó la importancia de la investigación científica aplicada que realizan sobre los servicios ecosistémicos hídricos, especialmente en las regiones altoandinas que son las más vulnerables al cambio climático.

“Los dos servicios de ecosistemas hídricos en los cuales nos centramos desde el SENAMHI son: el control de sedimentos, que es la capacidad del ecosistema de amortiguar el golpe de agua de lluvia y evitar la erosión del suelo, brindando agua sin turbiedad; y la regulación hídrica, a fin de entender qué pasa con el agua a lo largo de las cuencas, sobre todo en el agua potable, para uso de la población”, explicó.

Afirmó que comprender estos servicios ecosistémicos hídricos son claves en un mundo cada vez más urbanizado, donde el cambio de uso de suelo es un patrón global. “El cambio de uso de suelo es un patrón que está pasando a escala global, producto del incremento de la población. Respecto al cambio climático refirió a la Organización Meteorológica Mundial, menciona que estamos en una época de “ebullición” global. Uno de los recursos que será más afectado por el cambio climático es el agua”, añadió.

En este contexto, el investigador también destacó el papel del programa Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos Hídricos (MERESE). “¿Cuál es la relevancia del programa MERESE en un contexto de escenarios cambiantes?, Las Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS) tienen mecanismos de retribución por servicios ecosistémicos en las zonas altas, para implementar forestación con queñual, cercos de protección de áreas forestales, construcción de diques y siembra de ichu”, afirmó.

Para entender mejor los servicios ecosistémicos hídricos y su impacto en la gestión del agua, Lavado y su equipo llevaron a cabo un estudio utilizando el modelo hidrológico SWAT.  Informó que realizaron investigaciones en dos microcuencas andinas. La primera en la cuenca de Piuray – Ccorimarca, en la región Cusco, que tiene una laguna y una extensión de 43 km cuadrados. Allí recuperaron información sobre las lluvias en 7 estaciones. Esta microcuenca es de gran importancia, ya que abastece de agua a 172 mil habitantes, que representan el 40% de toda la población de Cusco.

La segunda fue en la cuenca de Rontococha, en la ciudad de Abancay, región Apurímac, de 13.5 km cuadrados. En Rontococha, se han recuperado 5 estaciones hidrológicas. La cuenca proporciona agua a aproximadamente 95 mil habitantes. Estas investigaciones se han realizado en colaboración con las empresas de agua potable en Cusco y Abancay, y han considerado diversos escenarios de cambio de uso de suelo proyectados hasta 2050.

El equipo de SENAMHI consideró los posibles cambios en el uso del suelo en sus investigaciones. “Tanto para Abancay como en Cusco, se conversó con las empresas de agua potable y ellos tienen planes de acción al 2030 y 2050, para conocer cómo sería el cambio de uso de suelo plantearon varios escenarios que permitan afrontar posibles y diversas condiciones futuras, un escenario base, un escenario optimista (MERESE), uno pesimista y un escenario tendencial.

Los resultados de sus investigaciones indican que los escenarios de cambio climático tendrán un impacto mayor que los cambios en el uso del suelo. “No es que siempre reforestar va a generar mucha agua”, aclaró. Dependerá de la zona y los efectos del clima.

En particular, los resultados sugieren que para la zona sur habrá más precipitaciones: “Los escenarios de cambio climático indican que para la zona sur habrá más precipitación de aquí al año 2050. Te dicen que entre enero y junio habrá mayores precipitaciones y por ende incremento de caudales”, dijo Lavado.

A pesar de estos resultados, enfatizó que aún hay incertidumbre por la falta de información. “Hace falta y mejorar el monitoreo para entender los procesos hidrológicos en las cuencas andinas del sur del Perú”, concluyó. Estos hallazgos subrayan la importancia de los servicios ecosistémicos hídricos en la gestión del agua y ofrecen una visión de cómo la investigación y la colaboración pueden conducir a mejores prácticas de gestión del agua en Perú.

Desglaciación amenaza suministro de agua

En su intervención, Beatriz Fuentealba, presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), advirtió que la desglaciación en la región andina amenaza el suministro de agua para el 70% de la población.

“Toda el agua que se capta para la costa, donde vive el 70% de nuestra población, se capta en alta montaña”, afirmó. Por lo tanto, la desglaciación en las altas montañas afecta a todo el país.  Enfatizó la pérdida de cantidad de agua como una de las consecuencias más importantes de la desglaciación.  “Hay cordilleras que han perdido su cobertura de hielo y nieves en más del 90%, sobre todo en aquellas ubicadas en el sur del país. La que menos ha perdido es la Cordillera Blanca y la zona de Cusco, que está un poquito más del 50%. Pero es una situación dramática, básicamente. Ya hemos perdido más de la mitad. Y eso es en extensión, no en grosor, no en volumen de hielo”, resaltó.

Además de la pérdida de cantidad de agua, Fuentealba también alertó sobre la pérdida en la calidad del agua como una consecuencia grave de la desglaciación. “Hay zonas donde desaparece el glaciar y queda la roca expuesta, pero son rocas mineralizadas. En la época de lluvia, por el contacto del agua con la roca se empiezan a liberar metales pesados que son tóxicos para la salud humana y de los animales, y para su uso en el riego. EL agua se contamina y afecta sobre todo a poblaciones locales a lo largo de las cuencas”, sostuvo.

Los proyectos de infraestructura natural

A su turno, la directora Adjunta de Gobernanza de Infraestructura Natural – NIWS, Cesarina Quintana, destacó la importancia de la infraestructura natural para la gestión de recursos hídricos en nuestro país.

“Es fundamental para mantener los ecosistemas, promover la conservación, la preservación, la protección, sobre todo para ayudar a la práctica con soluciones basadas en la naturaleza. Realmente, nos va a ayudar a enfrentar, o por lo menos, a manejar mejor los desastres y lo que venga del cambio climático”, sostuvo.

Remarcó que las soluciones basadas en la naturaleza y la infraestructura natural desempeñan un papel crucial en la mitigación de los efectos de los deslizamientos de tierra, disminuyendo los efectos que estos pueden causar.

Afirmó que no solo se trata de la cantidad de agua, sino también de su calidad y la protección de los recursos naturales para garantizar una gestión sostenible del agua.

En ese sentido, informó que la inversión en infraestructura natural estimada desde los diferentes actores clave como EPS y gobiernos regionales para este año 2024, se estima en más de US$ 300 millones. Explicó que esta inversión está distribuida en seis cuencas de 8 regiones del país, entre ellas Piura, Ayacucho, Arequipa, Cusco y Lima.

“Para el 2025, hay varias inversiones en infraestructura natural a cargo de la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) pero también hay inversiones que se están impulsando del lado de algunos gobiernos regionales”, añadió Quintana durante el evento que reunió a varios especialistas, en un esfuerzo conjunto para mejorar la infraestructura natural y los servicios básicos, lo cual es crucial para el desarrollo sostenible del país.

iMHEA impulsó la Ley MERESE

Al cierre del evento, Luis Acosta, coordinador regional de iMHEA, destacó la importancia de la Ley MERESE en la conservación del agua en Perú.  Explicó cómo la iniciativa de monitoreo hidrológico jugó un papel crucial en la toma de decisiones relacionadas con la gestión del agua. “La misión de iMHEA es generar información para la toma de decisiones. En ese sentido, una primera experiencia está relacionada con su aporte a la Ley MERESE que se creó en Perú”, dijo.

Acosta compartió cómo la Iniciativa IMHEA ayudó a los congresistas a comprender la importancia de los servicios ecosistémicos. “Lo que ayudó a los congresistas a entender la propuesta, fue la comparación de dos imágenes en donde se mostró una cuenca degradada y la otra conservada, es esta última era evidente que se mantenía el agua y era de buena calidad”, explicó.

“Llevamos a los congresistas a Moyobamba a una cuenca para que entiendan la importancia de la conservación y cómo se generan los servicios de ecosistemas hídricos en las cuencas y una semana después la Ley MERESE estaba aprobada”, contó.

Con su enfoque en la generación de información y conocimiento, la Iniciativa IMHEA ha demostrado ser un recurso valioso en la toma de decisiones relacionadas con la conservación del agua.

NIWS es un proyecto promovido y financiado por USAID y el Gobierno de Canadá, y liderado por Forest Trends junto a Condesan, SPDA y el Imperial College de Londres, con el fin de ampliar los esfuerzos para proteger y restaurar la infraestructura natural, a la vez que contribuye a cerrar las brechas de género, la seguridad hídrica y la resiliencia climática.

Asamblea iMHEA 2024

 

 

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