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Gracias a un innovador modelo de alianza y gobernanza entre Sedapar, Sernanp, la ONG Descosur (administradora de la reserva), Profonanpe y las comunidades de San Juan de Tarucani, se inauguró una nueva qocha en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca con el fin de almacenar y sembrar agua.
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Las qochas permiten el uso sostenible del territorio por las comunidades ganaderas y la conservación de la Reserva Nacional, así como la infiltración natural del agua contribuye a garantizar el agua para toda la población arequipeña.
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Intervenciones por más de 8 millones de soles provienen de un pequeño porcentaje del recibo de agua que pagan todos los arequipeños.
Todos los meses, en el recibo de agua, se carga un 1.2% del consumo de cada hogar a un fondo destinado a la recuperación y conservación de los ecosistemas en la cuenca alta de Arequipa. Ese dinero ya es utilizado y está dando frutos inmediatos a las comunidades campesinas de la zona altoandina de Arequipa, y a largo plazo para la ciudad. Este modelo de alianza ya ha logrado la habilitación de 25 qochas (pequeñas presas) que suman un total de más de 600 mil metros cúbicos de agua. Con estas qochas, los ganaderos podrán tener agua para más meses, y parte del agua se infiltra al subsuelo y permite que la cuenca del Río Chili pueda abastecerse mejor, con mejor regulación hídrica.
Este modelo cuenta con el apoyo técnico del Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica – NIWS, un esfuerzo conjunto de USAID, el Gobierno de Canadá y Forest Trends. El modelo permite que los aportes de los usuarios recaudados por SEDAPAR, sean canalizados a través de PROFONANPE para realizar intervenciones supervisadas y coordinadas por SERNANP y ejecutadas por la ONG DESCOSUR, administradora de la Reserva.
Un cambio que se nota: hacer el agua más lenta
“Antes ya no había agua en esta zona en abril. Todo el río se desperdiciaba porque el agua se iba hacia la parte baja. Ahora, con las qochas que se han construido hemos tenido agua hasta octubre. Eso ayuda a nuestros animales, pero también sirve para nuestro consumo”, explicó Santos Valero Chura, teniente alcalde del distrito de San Juan de Tarucani durante la ceremonia de inauguración. Se trata de una comunidad netamente ganadera, donde crían alrededor de 7 mil alpacas, 4 mil llamas y 2 mil ovejas con el fin de obtener su fibra y carne.
El cambio climático ha afectado a las comunidades altoandinas como San Juan de Tarucani. Santos Valero cuenta que cuando era niño la temporada de lluvias duraba hasta 6 meses, había nevados y tenían agua en gran cantidad casi todo el año. Sin embargo, en las últimas décadas todo cambió. La temporada de lluvias a veces es de solo 3 meses y los nevados ya no existen.
Al principio, acepta Santos Valero, la idea les pareció imposible. “Pensábamos que los muros de las qochas (hechos con piedras y tierra del lugar) no iban a aguantar las lluvias, pero nos equivocamos. Ha sido un éxito”, añadió el teniente alcalde de San Juan de Tarucani. Con las qochas ahora tienen agua por muchos meses. Pero también son conscientes de que están ayudando a la seguridad hídrica de la ciudad mistiana, pues las qochas cumplen la función de infiltrar agua por más tiempo para abastecer a la cuenca del Chili.
Así también lo destaca Jhon Machaca, jefe de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, quién indicó que por mucho tiempo se necesitaba este tipo de infraestructura natural para preservar el agua. Además, resaltó el trabajo comprometido de las comunidades como San Juan de Tarucani, de sembrar agua no solo para mejorar sus condiciones de vida, sino para el futuro de la ciudad arequipeña.
En Arequipa se está aplicando el concepto de “agua lenta”, es decir, aprovechar la temporada de lluvia para retener el agua en los ecosistemas, infiltrarla y alargar la presencia de vegetación y humedad en el suelo y así no perderla en forma rápida cuando esta abunda.
Arequipa: Referente de articulación y gobernanza en la gestión del agua
La gerente de Sedapar, Yanet Montoya Vera, mencionó que el trabajo conjunto entre todas las instituciones involucradas fue indispensable para tener éxito. La fórmula ha dado sus resultados y hasta el momento han construído 25 qochas, que juntan más de 600 mil metros cúbicos de agua. El proyecto tiene el objetivo de construir 30 qochas más hasta fines del 2026 con una inversión de más de S/ 8 millones.
El trabajo se complementa con la construcción de zanjas de infiltración, el cercamiento de pastizales para evitar su depredación y la restauración y conservación de bofedales. De esta forma, las autoridades trabajan junto a las comunidades para sembrar agua para tener un futuro próspero para todos.
Por su parte, Milagros Aguilar, presidenta de Descosur, destacó la buena predisposición de las comunidades altoandinas, como San Juan de Tarucani. “Aún las comunidades creen en el bien común. Donde todavía se cuida la naturaleza y la Pachamama. Y ceden un terreno para inundarlo y beneficiarse, pero también esto es para los que viven en la parte intermedia y baja. Y esa es una enseñanza muy grande para las ciudades”, mencionó.
Aguilar destacó el compromiso de las comunidades para cuidar y dar mantenimiento a las qochas. Contó que en la localidad de Tisco (Caylloma) se construyó la primera qocha hace 30 años y aún funciona. Y añadió que el equipo técnico de Descosur sigue comprometido con las comunidades y el cuidado del medio ambiente.
En tanto, Fernando León, director adjunto de Inversiones del Proyecto NIWS, explicó que la experiencia de Sedapar en Arequipa es una de las más satisfactorias y dignas de resaltar en el ámbito nacional e incluso internacional. León cuenta que están apoyando en proyectos en Lima, en la selva peruana y otras regiones del sur. Pero no en todas se hace lo mismo. “Por ejemplo, en la selva no podemos hacer qochas, en cambio se hacen proyectos de reforestación para incrementar la infiltración de agua al subsuelo y mantener la seguridad hídrica. En el sur, en Moquegua sembramos queñuales. Nuestro trabajo consiste en identificar las mejores medidas a implementar”, agregó.
El Proyecto NIWS, un esfuerzo conjunto de USAID, el Gobierno de Canadá y Forest Trends, junto a sus socios Condesan, SPDA y el Imperial College de Londres fortaleció las capacidades de instituciones de Sedapar, Sedapal, EPS Moyobamba y Sedacusco para desarrollar proyectos de infraestructura natural, logrando reducir el tiempo necesario para desarrollar estas iniciativas.