¿Cómo puede beneficiar la financiación climática a las comunidades con bosques en pie?

Climate Communities Forests Investments Jun 26, 2024
Verena Manolis, Melissa Panhol Bayma, Beto Borges and Genevieve Bennett

Los esfuerzos mundiales para frenar el cambio climático dependen del fin de la deforestación ilegal o insostenible. La deforestación tropical y otros tipos de conversión del suelo son responsables del 20% de las emisiones mundiales. Proteger los bosques del mundo evita estas emisiones, protege la biodiversidad, proporciona hogares y medios de vida a las comunidades tradicionales y puede absorber tanto dióxido de carbono al año como las emisiones de carbono de Estados Unidos en tres años.

El mercado voluntario de carbono (MVC) ha surgido como una herramienta importante para financiar la conservación y restauración de los bosques. Según el informe 2024 ‘Estado del mercado voluntario de carbono’ de Ecosystem Marketplace, los créditos de carbono para proyectos forestales y de uso del suelo constituyeron la mayor parte del mercado en 2023, tanto en precio como en número de créditos producidos.

Sin embargo, para poder optar por la financiación del carbono a través del MCV, los proyectos deben ajustarse a unas pocas categorías muy prescriptivas: Forestación-Reforestación y Revegetación (ARR), que se centra en la restauración de bosques degradados; Gestión Forestal Mejorada (IFM), que incluye actividades que aumentan el almacenamiento de carbono mediante la mejora de las prácticas forestales; o REDD+, que se centra en la reducción de la deforestación en las zonas de mayor riesgo.

Todos los proyectos de estas tres categorías requieren una adicionalidad claramente demostrada, que es un concepto que exige que los proyectos de carbono forestal demuestren que su trabajo se tradujo directamente en una reducción de las emisiones. En otras palabras, es mucho más fácil visualizar y medir los beneficios de una inversión en un área que tiene una línea de base degradada y menos compleja. Los bosques en pie sin historia de amenaza de deforestación y sin una amenaza fácil de detectar en la actualidad, conocidos como zonas de alta forestación y baja deforestación (HFLD, por sus siglas en inglés), no suelen ser buenos candidatos para los créditos de carbono[1].

Este statu quo del modelo de financiación climática significa que los bosques con amenazas de deforestación más inmediatas -y, por tanto, con una adicionalidad más evidente- reciben la mayor parte de la financiación climática.

José Gregorio Díaz Mirabal, miembro de los Pueblos Huacana y Curripaco y Coordinador de Cambio Climático y Biodiversidad de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, interviniendo en un panel del taller: “Promoviendo la agenda de Territorios con Mínima o Nula Deforestación (TcMND) y Alta reforestación y Baja Deforestación (HFLD) en los Mercados de Carbono y Programas de Financiación Climática”. Crédito de la foto: Marcio Halla

¿Por qué estos bosques, y las comunidades que los protegen, necesitan recursos?

Por varias razones: en primer lugar, un historial de baja amenaza no es un buen indicador de la estabilidad futura. La deforestación es sensible a los cambios macroeconómicos y políticos, y lo que está ocurriendo ahora mismo sobre el terreno, o lo que es probable que ocurra en un futuro próximo, no va a aparecer necesariamente en las tendencias históricas. Lo vimos muy claramente en Brasil durante los años de Bolsonaro. En segundo lugar, el principal problema en muchos bosques que son propiedad y están gestionados por pueblos indígenas y comunidades locales (IPLC) y afrodescendientes, es la degradación y no la deforestación. Esto no es fácil de rastrear a través de la teledetección y, por lo tanto, se pasa por alto. En tercer lugar (y aquí nos ponemos más filosóficos), si valoramos estos bosques -y está claro que tienen un enorme valor- deberíamos poner nuestro dinero donde está nuestra boca. No obstante, no existen muchos mecanismos sólidos para los bosques HFLD.

Los actuales mecanismos de financiación climática dejan a las zonas HFLD escasamente financiadas, amenazadas, y no reconocen ni apoyan a los pueblos indígenas y las comunidades locales que siguen realizando la labor fundamental de proteger los bosques del mundo a un gran costo para sus derechos y medios de vida.

Invertir en bosques en pie beneficia a todos

Invertir en zonas en las que se ha evitado la deforestación, normalmente gracias a la gestión de los pueblos indígenas y las comunidades locales, beneficia no sólo a las comunidades y los países, sino a todo el mundo, ya que protege la biodiversidad y los mayores sumideros de carbono que quedan en el mundo, así como los impulsores de los ciclos hídricos regionales. Más del 60% del potencial de almacenamiento de carbono puede conseguirse simplemente conservando los bosques que aún están intactos. Evitar la deforestación también genera adicionalidad a largo plazo. La protección de los bosques en pie impide la futura conversión de tierras para la minería, la agricultura, las carreteras u otros, los cuales provocarían un aumento de las emisiones.

En Forest Trends, creemos que la mejor práctica para replantar y proteger los bosques es doble: por mucho que replantemos y restauremos tierras degradadas, debemos dedicar el mismo tiempo, energía y dinero a proteger los bosques que tenemos. Parafraseando a un representante de Wildlife Works, tenemos que pasar de modelos que favorecen la “compensación por el daño” a modelos que “pagan por el bien”. Apoyar a los gestores forestales es una forma de pagar de hacerlo. Cuando tienen las condiciones y los recursos que necesitan, las comunidades son más eficaces a la hora de proteger sus territorios que las zonas protegidas gestionadas por los gobiernos. Además, es una forma de apoyarles y reconocerles los servicios que prestan a todo el planeta.

La Iniciativa para las Comunidades y la Gobernanza Territorial (CTGI) de Forest Trends lleva 20 años trabajando directamente con los pueblos indígenas y las comunidades locales y otras ONG para promover la importancia de impulsar la financiación de las zonas de alta y baja deforestación (HFLD) y el reconocimiento de las comunidades que consiguen mantener sanos sus bosques. Además de financiar bosques con baja deforestación, nos centramos en los Territorios con Mínima y Nula Deforestación (TcMND). Además de centrarse en los propios bosques (las zonas HFLD), este enfoque se basa en la comunidad y en los derechos. Una financiación climática equitativa significa ir más allá del valor de los bosques para el clima y la biodiversidad; los bosques tienen un valor inconmensurable para los millones de personas cuyas culturas y tradiciones son inseparables de sus tierras natales, por no mencionar los medios de subsistencia que los bosques pueden proporcionar.

Inversiones forestales en acción

Como parte de esta estrategia, el CTGI organizó recientemente en Bogotá (Colombia), en colaboración con la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB), Proceso de Comunidades Negras (PCN) y la Organización Nacional de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), un taller sobre las áreas TcMND y HFLD en los mercados de carbono y los programas de financiación climática. Participaron 48 representantes indígenas y locales, afrodescendientes, ONG y profesionales de la financiación climática.

José Gregorio Díaz Mirabal, miembro del Pueblo Huacana y Curripaco y Coordinador de Cambio Climático y Biodiversidad de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), subrayó: “[El espacio de financiación climática es] complejo. Hay muchas opciones, y creo que durante este evento pudimos comunicar puntos de vista e ideas clave”.

El taller sirvió de importante plataforma de colaboración para que los pueblos indígenas y las comunidades locales, los afrodescendientes y los participantes de las zonas HFLD expresaran los tipos de apoyo técnico y financiero que necesitan para participar equitativamente en la financiación climática y financiar la protección de sus bosques. Los participantes intercambiaron ideas con ONG y profesionales sobre canales alternativos (además de los mercados de carbono) que puedan dirigir la financiación al terreno y satisfacer sus diversas necesidades.

De este trabajo han surgido algunos temas claros:

1) Reforzar las opciones de financiación actuales para las zonas HFLD y TcMND y resolver los obstáculos a los que se enfrentan las comunidades para obtener financiación. 

Seguir mejorando el cálculo de las líneas de base, que son los cambios previstos en las reservas forestales de carbono sin la intervención del proyecto, es una forma de conseguir más financiación para las zonas TcMND y HFLD. Recordando que la adicionalidad clara es actualmente una prioridad para los créditos de carbono, por lo que cuando los cálculos de las líneas de base muestran un alto riesgo, eso significa más financiación para esa zona. Sin embargo, estos cálculos suelen basarse en el cambio de uso del suelo, normalmente la deforestación. Centrar los cálculos de referencia en la degradación forestal, que abarca aspectos como la tala ilegal y la minería, tanto como la deforestación, puede ayudar a captar las complejidades más profundas de lo que es un bosque sano.

Otra opción es utilizar créditos HFLD a través de la metodología ART (véase la nota 1). Estos créditos pueden proporcionar una nueva fuente de ingresos para las zonas que mantienen una cobertura forestal elevada.

Por último, los programas de financiación climática como REDD+ son extremadamente técnicos y pueden resultar difíciles de manejar para las comunidades. Los participantes en el taller pidieron información más accesible sobre las diferentes oportunidades de financiación climática a su disposición, así como el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) para participar equitativamente en estas oportunidades.

2) La necesidad de formación y asistencia técnica para que las poblaciones locales e indígenas aboguen por un mayor reconocimiento y financiación de las zonas HFLD, y de TcMND en particular.

Los participantes subrayaron la necesidad de disponer de información de calidad y transparente para poder tomar decisiones informadas sobre lo que es mejor para sus territorios.

3) Estrategias para atraer más financiación a las zonas HFLD y TcMND a escala global.

Esto podría incluir mecanismos como el apoyo a los medios de subsistencia respetuosos con los bosques o el envío de fondos directamente a las comunidades. También están surgiendo tipos de activos que operan al margen de los mercados de carbono, como las unidades HIFOR o los créditos de biodiversidad. Estos mecanismos innovadores pueden ser alternativas importantes cuando los mercados de carbono no son la opción adecuada para las comunidades.

Por encima de todo, “[Este taller ayudó a apoyar] nuestra comprensión de los conceptos [relacionados con el HFLD]. Las presentaciones que hicieron nuestros colegas nos ayudaron a darnos herramientas para poder avanzar en muchas cuestiones internas, territoriales, culturales y sociales. Para mí fue un gran aprendizaje”, afirmó José Luis Hernández Londoño, de la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas del Vaupés.

Beto Borges, Director del CTGI, afirma: “Reconocer y compensar las contribuciones de los territorios con deforestación mínima o nula (TcMND) a la mitigación del cambio climático se enfrenta a importantes limitaciones y cuellos de botella. Es esencial desarrollar estrategias que garanticen que sus contribuciones son valoradas y reconocidas por los mercados de carbono y las estrategias de financiación alternativas. Abordar estos retos no sólo promoverá la sostenibilidad medioambiental, sino que defenderá los derechos y medios de vida de estos guardianes clave de nuestro patrimonio natural.”

Participantes en el taller “Promover la agenda de los Territorios con Mínima o Nula Deforestación (TcMND) y las zonas de Alta Forestación y Baja Deforestación (HFLD) en los Mercados de Carbono y los Programas de Financiación Climática”. Crédito de la foto: Marcio Halla

[1] Hay algunas excepciones a esta generalidad. Por ejemplo, la iniciativa Arquitectura para las Transacciones REDD+ (ART) ha desarrollado un enfoque para impulsar la financiación de las zonas HFLD, permitiendo que estas zonas se beneficien de la financiación del mercado del carbono. Esta metodología ha sido aceptada por la coalición para la Reducción de Emisiones mediante la Aceleración de la Financiación Forestal (LEAF, por sus siglas en inglés), que es una importante iniciativa para garantizar la financiación privada de REDD+. Más información sobre el enfoque HFLD de ART en: https://www.artredd.org/faqs/#hlfd.

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