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Investments Water

Haciendo el Camino 2024

Resultados del Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica

By Mia Smith
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Las sequías, inundaciones, incendios y huaycos de los últimos años demuestran la vulnerabilidad del Perú ante los riesgos hídricos y climáticos. La infraestructura natural–como bosques, bofedales, pastizales, matorrales y páramos– junto con las prácticas tradicionales de conservación del agua y los suelos, contribuyen a reducir estos riesgos. También proporcionan importantes beneficios colaterales, como la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad.

En la última década, el Perú provocó atención mundial por su liderazgo en el cambio paradigmático para incorporar la infraestructura natural como una solución central para enfrentar los riesgos hídricos. Se reconoció el concepto “infraestructura natural” en el marco legal que gobierna sus inversiones públicas, así como la necesidad de invertir en ella, no solamente desde las fuentes tradicionales de la conservación ambiental, sino también, desde los usuarios del agua. Entre los años 2008 y 2021, las inversiones ejecutadas en infraestructura natural para la seguridad hídrica en Perú pasaron de menos de US$ 2 millones a unos US$ 21 millones anuales. Además de estas inversiones que ya están llegando al terreno, hay más en ciernes. En los últimos 15 años, el sector de agua potable de Perú ha aumentado los compromisos de inversión en Soluciones Basadas en la Naturaleza de cero a más de USD 50 millones, a través de mecanismos innovadores de financiación para restaurar y conservar los servicios ecosistémicos (MERESE).

Aun con estos avances extraordinarios, el camino para lograr que la infraestructura natural juegue con todo su potencial para la seguridad hídrica del país no era ni claro ni estaba asegurado. La ampliación de este nuevo enfoque se ha enfrentado a numerosos desafíos, incluyendo la falta de una sólida cartera de proyectos de calidad; la falta de capacidad, herramientas e información; y las críticas brechas sociales y de género. Desde el 2017, NIWS trabaja para trazar este camino abordando los obstáculos y las brechas con las partes interesadas, hacia un futuro más seguro del agua.